Se volvió costumbre en una ciudad caótica que cualquier ciudadano creyera que podía invadir aseras, cerrar calles o construir en ellas, invadir áreas verdes, los comerciantes colocan las mercancias fuera del espacio de sus tiendas, los paleteros y friteros obstruyen las aceras y hay que bajar a las calles… años de descuidos tornaron en desastre urbánistico a Santo Domingo Este.
Aun cuando la Dirección de Recuperación de Espacios Públicos del Ayuntamiento posee poco personal y necesita la ayuda de la Policia y el INTRANT para cumplir su labor minimamente se ha logrado que el combate a las ilegalidades al menos comience, siendo ya un ícono nacional la descontaminación visual de una ciudad que estaba cubierta de anuncios publicitarios ilegales.
Hoy hay que reencontrarse con las leyes y las malas costumbres acumuladas que se volvieron «normal» mientras los que violan lo establecido tienen que pagar con multas, retensiones y decomisos según sea el caso.
Es un proceso que ya comenzó y ojalá la ciudad entienda que no puede parar.